¿Qué son?

Toros a la mar

Se trata de una modalidad que tiene lugar en una plaza abierta al mar situada en el puerto o la playa de la localidad donde se celebra. Allí se trata que el toro persiga a los aficionados, quienes evitan sus embestidas lanzándose al mar y provocando al animal hasta que también cae al agua.

La crueldad de este tipo de festejo se hace evidente en la de por sí antinatural escena de un toro en el mar. Como la mayoría de mamíferos, los toros flotan y son capaces de nadar por instinto, pero no están preparados para ello ni acostumbrados al agua. La angustia se ve incrementada por la incapacidad de ver a su alrededor, ya que el agua salada les irrita los ojos y solo pueden forcejear y tratar de mantenerse a flote. Mediante sogas atadas a sus cuernos, se les remolca hasta el puerto desde unas lanchas.

Toro a la mar en Dénia

Problema

Además de los perjuicios que pueden sufrir los toros durante el transporte en cualquier festejo, y al acoso y hostigamiento que reciben en la plaza, los toros a la mar experimentan una agonía extraordinaria al encontrarse en un medio que no les corresponde.

Completamente desorientados, patalean y agitan la cabeza en el agua, buscando un punto de apoyo para no ahogarse. Los animales son devueltos a sus ganaderías al finalizar el espectáculo, y son utilizados una y otra vez en decenas de pueblos durante la temporada. Son toros y vacas de alquiler, que sólo cuando dejan de ser interesantes para el espectáculo, son enviados al matadero.

Razones

Esta forma de entretenimiento con animales es un reducto de España. Sin embargo, la tradición que la envuelve sigue sirviendo de excusa a las administraciones para mantenerla. La idea de contemplar la robustez de un toro parece despertar gran curiosidad entre los aficionados, hasta el punto de haberse convertido en una basada en el sufrimiento.

Consecuencias

  • Riesgo de muerte: A lo largo de los años se han registrado varios casos de toros que mueren ahogados durante este festejo. En ocasiones estos han sido incapaces de librarse de ropas, cuerdas y otros elementos con los que les atosigan los participantes y que les han impedido nadar, o han fallecido en el agua por culpa de un infarto.
  • Roturas y lesiones: Pueden sufrir dislocaciones en el cuello tanto al sacudir la cabeza como al ser arrastrados por las cuerdas. También pueden padecer heridas al tropezar en el pavimento o provocadas por golpes al caer al agua.
  • Irritación en los ojos: El agua salada les causa una dolorosa irritación en los ojos, cegándoles temporalmente e incrementando su nivel de estrés y desorientación.
  • Sufrimiento psicológico: Aunque pueda parecer que los toros son animales fuertes y bravos, lo cierto es que más bien son bóvidos rumiantes especialmente excitables, temperamentales y nerviosos, y muestran sensaciones de pánico si se les separa de su grupo social. A esto se le añade la angustia que les supone encontrarse de repente en el agua, siendo amarrados por cuerdas y entre los gritos y aplausos de la muchedumbre, podemos asegurar que esta modalidad causa un enorme sufrimiento psicológico a los toros.